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18 de agosto de 2006

Forestal Comaco causa daños en Porvenir por uso de plaguicidas.

Este miércoles 16 fuimos a la sede vecinal de Porvenir Bajo a conversar con los vecinos acerca del uso de plaguicidas en los monocultivos forestales y sus consecuencias. Contamos con la presencia de una experta proveniente de Santiago, la señora Patricia Bravo, integrante de RAP-AL (Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina), quien presentó un impactante material audiovisual y además repartió revistas y folletos informativos.

Tan importante como la presencia de Patricia fue la conversación que sostuvimos con los habitantes de Porvenir, que nos contaron las consecuencias que ha traído a sus vidas la presencia de la empresa forestal Comaco:

- En el verano, el continuo tránsito de camiones de la empresa, a todas horas, levanta nubes de polvo que ingresa en grandes cantidades a sus casas, daña el pasto del que se alimentan sus animales e inutilizan los productos que cultivan en las huertas familiares.

- Se han aplicado plaguicidas hasta el borde del camino público, para hacer cortafuegos cuya ubicación en rigor no comprende dicho borde, sino algunos metros al interior de los predios forestales. Pudimos observar además cómo la vegetación de las orillas del camino ya está quemada debido a los químicos, y cómo se han plantado pinos hasta el borde de los cercos, lo que vulnera la reglamentación vigente.

El uso de plaguicidas se realiza sin avisar previamente a los vecinos, y esta práctica, además de impedir tomar a los habitantes del lugar cualquier tipo de resguardo, ya ha traído consecuencias a sus vidas. Por ejemplo, la señora María Martínez ha perdido 10 de sus 12 ovejas, y tiene fundadas sospechas de que la muerte de la mayoría de ellas se debe a que han pastado en terrenos de la forestal que colinda con su propiedad; además, la empresa ha fumigado en la ribera del estero que pasa por su hogar, de cuyas aguas se sirve para regadío, consumo de los animales y el de su familia.

Habitantes del lugar han visto cómo se vacían los restos de plaguicidas en las aguas, o dejan abandonados los recipientes que los contienen (tambores de metal o bidones de plástico), y en algunos casos les piden a ellos que los guarden hasta que los vuelvan a necesitar, para no tener que trasladarlos cada vez que los usen. Escuchamos asombrados, cómo a los vecinos que cultivan eucaliptos y pinos haciendo uso del subsidio forestal, les entregan plaguicidas para matar toda otra vegetación que “compita” con estas especies de modo que puedan crecer más rápido, haciendo ver su uso prácticamente como una obligación, en circunstancias que ello es voluntario.

Agradecemos la presencia de RAP-AL a través de nuestra invitada, a todos quienes asistieron a la reunión informativa. Seguiremos difundiendo en otras comunidades afectadas a fin de crear conciencia del peligro que nos amenaza, esperando que las personas y las empresas en un futuro – ojalá no muy lejano – adopten otras medidas alternativas al uso de estos químicos que traen dañinas consecuencias a nuestro entorno y a nosotros mismos.